1/20/2015

Forenses fracasan en identificar restos de Cocula


El calor excesivo destruyó el ADN y el ADN mitocondrial que permitiría identificar si son los restos de los normalistas de Ayotzinapa


(La Silla Rota).- La Procuraduría General de la República (PGR) informó que tras la aplicación de una técnica para evaluar el ADN mitocondrial en los restos hallados en el basurero de Cocula, Guerrero, no se pudo encontrar la cantidad útil para obtener un perfil genético.
El dictamen elaborado por el instituto forense de Innsbruck establece que el calor excesivo destruyó el ADN nuclear y el ADN mitocondrial que permitirían identificar si se trata de los cuerpos de los 42 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa desaparecidos desde el 26 de septiembre en Iguala.
El informe concluye que tras la aplicación de una técnica de cuantificación muy sensible para evaluar la cantidad de ADN mitocondrial, no se encontró cantidad útil de ADN que permitiera obtener un perfil genético bajo esta técnica, informó la dependencia federal en un comunicado.
De acuerdo con la PGR, los forenses indicaron que se puede utilizar una tecnología novedosa llamada Secuenciación Masivamente Paralela (Massively Parallel Sequencing MPS), la cual podría servir como una herramienta útil para seguir con las investigaciones de los restos enviados.
“Esperamos que estos análisis tomen 3 meses, pero no podemos proporcionar una fecha de terminación definitiva”, establece la dependencia.
No obstante, indica, si se aplica esta técnica se corre el riesgo “que los extractos de ADN sean consumidos sin obtener ningún resultado adicional de ADN que ayudaría en el proceso de identificación".
Los forenses añadieron que no pueden proporcionar un estimado sobre si el resultado será exitoso, pero consideran que “las especificaciones técnicas de la MPS son más prometedoras que cualquier otro método de identificación genética molecular existente".
A pesar del riesgo latente en la técnica MPS, la PRG solicitó al Instituto de Medicina Forense de la Universidad de Innsbruck que proceda de inmediato a realizar los estudios.
El pasado 12 de noviembre, la PGR anunció que los restos humanos hallados en una barranca  y un río se enviaron a un laboratorio en Innsbruck, Austria, para su análisis forense.
De estos restos encontrados sólo uno ha sido identificado como Alexander Mora Venancio, quien pertenece a los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Dichos resultados llegaron a la PGR el 4 de diciembre de 2014, dijo en su momento el procurador Jesús Murillo Karam.
Dudas de científicos
En noviembre pasado científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) pusieron en duda que los cuerpos pudieran ser incinerados en la forma que dice la PGR documentó.
Jorge Montemayor, investigador titular del Instituto de Física de la UNAM, dijo que "es imposible que hayan sido quemados en Cocula, y la autoridad está en un serio problema. La hipótesis de que fueron quemados en el basurero no tienen ningún sustento en hechos físicos o químicos naturales".
De  acuerdo al investigador, para convertir en cenizas 43 cadáveres se necesitaba más que basura, se requieren dos tráileres de leña y 53 kilogramos de gas por cada cuerpo o en todo caso, 995 llantas de transporte de carga, como evidencia, quedarían 2.5 toneladas de alambre de acero, escenarios que no se dieron.
En la misma forma se manifestó Lorena Valencia Caballero, jefa de la Unidad de Investigación de la licenciatura en Ciencias Forenses de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien dijo que para realizar ese tipo de quema se requieren conocimientos mutidisciplinarios para conocer las condiciones ambientales, geológicas, físicas y químicas.
‘‘No cuento con las evidencias sobre ese caso particular, pero puedo aportar mis conocimientos sobre la literatura relacionada con los crematorios. En estos hornos la temperatura oscila entre los 600 y 940 grados centígrados; se trata de hornos cerrados diseñados para quemar un cuerpo, que puede tardar en calcinarse de dos a cinco horas, dependiendo de la temperatura y la complexión del individuo.
‘‘Pero aun después de este proceso se necesita un segundo, que es la trituración de algunos huesos y de la dentadura. Estos restos que no se alcanzan a pulverizar deben pasar por una máquina para finalmente transformarlos en cenizas. Se habla de que se usó una cerca de piedras, pero, ¿hasta qué punto se tiene conocimiento para controlar eso? En un ambiente así (el basurero) es complejo evitar que el fuego se propague”, explicó entonces la experta.
arg/jlr

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